Catedral de Coro hacia 1890, Fuente: González A, Las Calles de Coro |
A pocos años de haberse
iniciado el proceso colonizador de estas tierras, comenzaba la siembra de una
fecunda raíz cristiana, nacía la Diócesis de Coro; primera de Venezuela y de
América del Sur. El obispado de la provincia fue creado por su santidad
Clemente VII, el 21 de julio de 1531 a través de la Bula que dispone señalar
“con título de ciudad el pueblo llamado Coro, que está en la provincia de
Venezuela (…) instituyendo en ella una Iglesia Catedral”. El primer obispo
nombrado fue don Rodrigo de Bastidas, quien acata el expreso deseo de los
monarcas y consagra la Catedral bajo la advocación de Santa Ana; Bastidas tiene
la gloria de haber echado las bases para iniciar nuestra historia eclesiástica.Don Miguel de Ballestero
fue presentado por el monarca para suceder a don Rodrigo de Bastidas, tocándole
presidir la turbulenta vida de la sociedad coriana. Al morir en 1560, el
segundo prelado corense, fue elevado el dominico Pedro de Agreda a la sede
venezolana donde se vio cercado por los piratas franceses y escoceses,
capitaneados por jean Bon Temps y Nicolas Valier.
A partir de 1577,
comienza a destacarse la primacía que ostentaría Caracas en el futuro, ciudad
asentada en hermosos parajes, de excelentes condiciones climáticas, regadas de
abundantes ríos y protegida por las murallas del majestuoso Guaraira Repano,
recibe entre sus moradores al gobernador Juan Pimentel quien traslada la
capital a Santiago de León, dotándola de las prerrogativas de las cuales gozaba
Coro desde su fundación. Cuarto obispo fue Fray Juan Manuel Manzanillo, quien
ejerció su prelatura episcopal por un espacio de diez años, hasta su
fallecimiento en 1592. Le sucedió el igualmente dominico Pedro Mártir Palomino,
quien falleció sin recibir las Bulas de su institución, a lo que no se le
podría catalogar canónicamente en la nómina de los obispos de Coro.
Tres años permaneció
vacante la silla, nombrando al dominico fray Domingo de Salinas para ocuparla.
Expuesta la Capital Episcopal a los ataques de piratas, el prelado cedía su
importancia en favor de otros centros poblados y la balanza seguía inclinándose
hacia Caracas. La Real cedula y Bulas pontificias de fecha 31 de agosto de 1602
acreditaba como Obispo de Coro al religioso mercedario fray pedro de Oña, pero por
no haberse presentado se le concedió la provisión al cabildo capitular de
conservar el régimen de la diócesis. Para 1607 llega a ocupar la silla
episcopal el franciscano Antonio de Alzega. En sus visitas pastorales hizo
derrumbar a más de 1600 ídolos y convoca el segundo sínodo diocesano, tras tres
de actuación fallece en Caracas el 13 de mayo de 1610.
El siguiente obispo el
dominico fray Juan de Bohorquez al ocupar el cargo ordenó enviar a Caracas
obreros que trabajaran las obras necesarias para instalar la sede episcopal en
la nueva capital. El cabildo, rechazando la Cédula real se negó a trasladarse;
quedando pues que el obispo residía en la Caracas y el Cabildo catedralicio en
Coro. El 20 de noviembre de 1617 el papa Pablo V coloco en la sede de Coro a
fray Gonzalo de Angulo, religioso franciscano. Bajo su obispado se agudizó la
situación de la separación geográfica del prelado residente en Caracas y el
Capitulo en la lejana Coro, con resultados negativos para una correcta
administración diocesana.
Durante el gobierno del IX obispo el Cabildo Catedralicio entregaba "toda facultad así necesaria como voluntaria y delegada", fue el último acto del Capitulo celebrado en Coro, pues los capitulares ya actuaban en Caracas para el año 1636. El Rey Felipe IV, ordena el traslado definitivo de la Sede Apostólica fechada en Madrid el 20 de junio de 1637, en vista de las ventajas de orden natural, político y eclesiástico que ofrecía la nueva sede, y el 16 de marzo de 1638, el cabildo Sede vacante toma posesión de la Iglesia. El siguiente obispo Mauro de Tovar, seria obispo de Venezuela, pero ya no de Coro, quedó aquí, sin embargo una fe con muy hondas raíces, herencia y estimulo para el pueblo de Falcón, porque en esta tierra se comenzó, como ciudad primada la vida religiosa de Venezuela y el continente.
MIEZAV
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