Coro en su historia, es una propia referencia conserva hitos que mantiene vivo su legado en la memoria del venezolano. El más significativo sin lugar a dudas lo resguarda el pabellón de “La Cruz de San Clemente”, firme testigo de la evolución de aquel territorio de la curiana, asiento del Manaure, que adoptó sin consulta la sangre europea, y tomaría la sazón con el sudor del negro esclavo al mestizaje que nos identifica como nación. La oralidad trasciende en el tiempo y vivifica el encuentro hispano–caquetío con notas formidables, en referencia a esto Arcaya señala: “la tradición dice, aunque sobre esto no hay documentos que lo comprueben, que el conquistador y el cacique se dieron un abrazo al pie de un frondoso cují, donde también se celebró la primera misa, y que de la madera de ese árbol se labró una cruz, que se encontraba en aquella ciudad”. Donde hoy está su plaza, y su iglesia de San Clemente Papa; patrono de la urbe naciente, y referencia clave para comprender el problema del